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domingo, 16 de enero de 2011

La Prostituta


Siempre la veo pasar.
Serena, blanca, rubia, va.

Camina y camina
De aquí para allá.
Su profesión, prostituta.
Prostituta y nada más.

Aunque frío o calor.
Su minifalda camina.
Pavoneándose en las calles.
O esperando en una esquina.

Su mirada perdida.
Su postura encorvada.
Se le pasa la vida.
Dando placer en la cama.

No quiere ocultarse de nadie.
Ni la gente que la mira.
Porque sólo quiere darle,
pan y comida a su niña.

Que profesión más ingrata.
Que miserable su vida.
Un caudal de sueños rotos.
Esperando en una esquina.

Ofreciendo, va su cuerpo
Por las calle de su barrio
Ya no le quedará tiempo
Cuando le caigan los años.
Fabius.-

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