Al cerrar las ventanas de mi alma.
Veo.
Qué veo?
Nada.
Cegada esta la mente.
Su fuente continuada de pensares,
ha agotado su arsenal.
¿Estáis ahí? No, ya no estáis.
Creí haberlos perdido.
Creí, he podido olvidar!
Pero al pensar lo creído,
ellos volvieron a entrar.
Fabius.-
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