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miércoles, 3 de agosto de 2011

Campo de flores.













Del gris sentir nació el amor.
Del no vivir, del sinsabor.
De todo cuanto oscuro floreció.

Del vacuo verano en mi balcón.
¡De aquel rocío en mi sudor!
De toda la tristeza de mi alma.

Cercenada, renaciendo.
Opacada, existiendo.

Si el tiempo empañó mi existir.
Si el árbol que debí yo ser.
Si mis palabras fueron como el aire.

Más, sin lo oscuro, no hubo luz.
¡Por no vivir, viré mi cruz!
Mas, el temor alzó, en mi, giraldas.

Cercenada, renaciendo.
Opacada, existiendo.

En las tormentas hallé la paz.
De los lamentos surgió bondad.
Y de los pensamientos las palabras.

Y lo celeste halló lugar.
¡En la gran furia del vendaval!
Y aires de templanza comenzaron.

Cercenada, renaciendo.
Opacada, existiendo.

Hoy campo fértil de flores soy.
Con tantas verdades en cada flor.
Rociadas por el agua de un abrazo.

Y en mis raíces, aunque hay dolor.
¡Mis flores se alzan buscando el Sol!
Formando un ramillete en tu regazo.

Florecida, renaciendo.
En tus ojos, existiendo.

Y con el piar de un ruiseñor.
Y con la lluvia en días de Sol.
Y con tu ser tendido en mi simiente.

Con lo invisible, ¡ya soy feliz!
¡Con el regalo de existir!
Con ser tu compañía en tu recuerdo.

Floreciendo, día a día.
En tu ansías, ser sentida.

Fabius.-

1 comentario:

emmiliosky dijo...

Las palabras usadas no son pensadas, sino, sentidas. Siempre presente tu fuerza, tu resurgir, tu inmedible fortaleza. Sobre las raices del dolor construyes esperanza, ilusión, vida. !!Me lo quedo!!