Datos personales

miércoles, 9 de marzo de 2011

He pensado.

Y sobre todo empezar por decir, basta.
Por decir, no quiero naufragar.
Quiero salvarme, amo aún mi vida.
Deseo continuar con ella, así, sin más.

Porque he pensado. El océano me asusta.
Más me asusta el dueño de la oscuridad.
Esa marea fuerte, danzarina, envolvente.
Cautelosa con los cautos, poderosa con los osados.

He pensado que dentro, allí, lejos de la realidad.
¿Qué hay? Quizás nada, nada que averiguar.
¿Y si me atrevo a adentrarme en el abismo?
¿Encontraré hacer mis sueños realidad?

He pensado que no, porque los sueños son reales.
Reales en el ahora, y no en el más allá.
En ese sitio que aún no visitado.
Las almas ya cansadas, sospecho, no deben soñar.

Y puesto que comprendido este punto.
Allí, a la distancia, no se permite soñar.
He pensado, ¿para qué he de visitarlo?
¿Para seguir frustrando mi vida con algo más?

También he pensado que frío.
 Frío debe ser y en abundancia debe haber.
A mi el frío no me gusta, me paraliza.
Y me gusta sentir calor, aunque sea en el dolor.

Mas he pensado, que en ese mar del adiós.
Y esto es lo más importante. No debe existir el perdón.
Cargaría con mis maletas de culpa, llenas.
Sin ayuda, debería seguir la senda, sin opción ni reflexión.

Fabius.

No hay comentarios: