¡Ay noche! compañera y amiga.
¡Ay noche! veladora de mi fatiga.
Tú, noche, a ti te escribo entristecida.
Como diario, tú me sabes,
me ves, me sientes, me adivinas.
¡Ay noche! que aunque noche, luz del día.
¡Ay! oscura, serena, silenciosa y precavida.
A ti, noche, te deseo mi deseo.
Me desvelo y desvanezco.
Te convierto, a ti, en mi día.
¡Ay noche! que me calmas el desvelo.
Tú, amante de verdaderos sentimientos.
¡Ay noche! que mi amiga del silencio.
Me contagias de sonidos armoniosos.
Y de ecos.
¡Ay noche, cómo agradecerte puedo!
A ti, noche, que rescatas mis recuerdos.
¡Ay noche! que en tu sombra yo me muevo.
Como gato en lo cercano, lo familiar,
lo pasajero.
A ti, noche, que me esperas, yo te espero.
Que buscas mi presencia repetida de cortejo.
En ti, noche, busco, creo, a un justiciero.
Que me plazca, de algo más, que olvido.
Que memorias en el tiempo.
¡Ay noche! Te sé rival del sueño.
Noche sin voluntad. Noche sin temperamento.
Yo, noche, acudo a tu cita sin remedio.
Porque feliz me haces.
Porque gozo a tu reencuentro.
Fabius.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario