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jueves, 14 de abril de 2011

Mi silencio, mi amigo.


Al inigualable deseo del ser sabido y escuchado.
Al impenetrable mundo de los sentidos olvidados.
He deseado tantas veces permanecer. Ser parte de él.
A ese mundo del escuchar con atención. Tanto, en él, he pensado.

Y pensando, pensando, quise atraparlo, tantas veces.
Atolondrada, ingenua, admiradora de los peces,
de seres deseosos de consejo y de relato,
de experiencias inocentes, se escapan de mis manos, de mis redes.

A mis soledades presentes y persistentes grises.
Que me han acompañado en mi origen y que me siguen.
A todas partes donde voy, los miles, me revelan algo.
Algo que aprendí, debe ser intangible, algo obligado, nada tristes.

Y gritar, gritar a través de, este, mi nuevo origen.
El origen del sentido, del palpitar de mis latidos.
Del trepidar de mis dedos de cuchillos, que hieren,
que matan, que cautivan y, se creen, algo altivos y aborigen.

A mis gritos, que si alguien los oyese reales.
Serian a veces, sólo a veces, si alguien los oyese.
Por si nadie me escuchase, este mi poema.
Del silencio, del mutismo, que ronda en mi colmena, tantas veces.

Porque palabras sobran, solo faltan los oídos.
Porque quien escuche alcanza. Sólo deseos fríos.
Con atención y poniendo sus sentidos en mi sentir.
Estos silencios, este mutismo hermético de mi vivir, hoy campesinos.

Así, de ser posible, siguiendo las líneas de lo escrito.
Voy contando mil historias del silencio y también del equilibrio.
Que consigo con mis letras, con mis palabras ásperas y espesas.
Así, consigo un poco de paz, felicidad y compañía, espera y grito.

Fabius.-

1 comentario:

Tovarich dijo...

!!Cuanto por dar!! !!Cuanto por compartir!! Necesitamos el silencio. Nos zambullimos en él no siempre como un deseo. Muchas, muchas veces, es nuestro refugio tras haber comprobado que nuestras palabras, sentimientos y afanes, se estrellan contra las gruesas paredes del ruido ensordecedor que todo lo empobrece y lo denigra. Pero aún así, !Bendito silencio!