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viernes, 27 de mayo de 2011

El será.


El mar adentrándose en mi ser.
Así será, cuando encuentre, en mí, la paz.
Así, el invierno que vive, morirá.
Colmado de laureles en el tiempo.
De momentos y crepúsculos.
El será.

El sol ardiente, el interminable.
El calor que propaga sin deber.
El será, uno en mí, contagiándome
mi sed, mi estadio mas austral.
El será.

El viento inminente, el suave, el fuerte.
El que lo lleva todo, hasta el olvido.
Hasta la morada de lo infinito.
Por el camino de flores cultivadas.
Por el delirio.
El será.

En el punto que confluyen las aguas.
Cuando entrelazan sus olas, sus espumas.
Formando una sola, una grande, majestuosa.
Que sucumbe a la tranquilidad, a la armonía.
El será.

Punto cúlmine del amor hecho raíces.
Punto mágico en el bosque de cojines.
Allí, donde sábanas parecen meretrices.
Encuentro desesperado por unirse.
El será.

Cuando el alma se sosiega después de ciega.
Cuado la luz del ruiseñor cesa su espera.
Donde el monte del quisiera, se hace calma.
Donde el nido del pensar, nuevo huevo nazca.
El será.

Más allá, de lo inerte en el deseo.
Mas aún, en lo profundo del consuelo.
En el eclipse del Sol y de la Luna, de lo enfermo.
Allí, estará la armonía, sin complicidades con lo muerto.
El será.


En el punto donde ajusta, el pintor, su lápiz.
En el perfecto estado de la mirada fija.
Ni dubitaciones, ni dudas, ni justicias.
Sólo, donde el amor, la hermosura
encuentran su punto de partida.
El será.


En la maravilla del entender lo inexplicable.
Donde ciegos presurosos se cobijan en lo amable.
En el mismo terciopelo del entender, de saber,
de conocer lo miserable, y parecerme bello
más que una flor, más que un destello.
El será.


Fabius.-

1 comentario:

Emmiliosky dijo...

Sentires cogidos al vuelo.
Que van y vienen. Que se quedan un instante y se alejan hasta el infinito. Que vuelven cuando no lo deseamos, cuando no los esperamos. Que nos llevan hasta el mismo cielo o que nos aplastan, inmisericordes, contra el suelo. Sueños amasados con amores que casi siempre resultan ser dolores.
Pero tienen un gran valor. Nos recuerdan a cada momento que vivimos.
Me ha gustado MUCHO Sigue.. Sigue